Enrique II de Borbón, tercer príncipe de Condé: príncipe francés.

Enrique II de Borbón, tercer príncipe de Condé (nacido el 1 de septiembre de 1588 en Saint-Jean-d'Angély, Francia; fallecido el 26 de diciembre de 1646 en París), primer príncipe de sangre (hijo póstumo del segundo príncipe de Condé) que Se separó de Enrique IV pero se reconcilió con su sucesor Luis XIII.

Su madre, la princesa de Condé (La Trémoille), fue acusada de haber envenenado a su marido, e incluso se dudaron de la paternidad de Enrique II de Borbón. Enrique IV de Francia, sin embargo, reconoció a su primo como su presunto heredero hasta el nacimiento del delfín, más tarde Luis XIII.

El tercer príncipe de Condé fue criado como católico por su madre, que había abjurado del calvinismo en 1596. En 1609 se casó con Charlotte de Montmorency (1594-1650). La nueva princesa, sin embargo, ya había atraído tanto a Enrique IV que Condé tuvo que enviarla fuera del país y luego huir él mismo al extranjero para escapar de la furia del rey. Después del asesinato de Enrique IV, regresó a Francia (julio de 1610) para competir con los demás príncipes y nobles en las exigencias a la regente, María de Médicis. Cuando ella y el marqués de Ancre comenzaron a rechazar sus demandas, él los chantajeó dos veces con una rebelión abierta, obteniendo no sólo dinero sino también los gobiernos de importantes fortalezas en virtud de los tratados de Sainte-Menehould (mayo de 1614) y Loudun (mayo de 1616). Finalmente fue arrestado (septiembre de 1616).

Tres años de prisión (hasta octubre de 1619) hicieron cambiar de opinión a Condé. A partir de entonces ayudó a la corona, operando contra los príncipes rebeldes en 1620 y contra los hugonotes en 1621 y 1627-1629 y luchando en campañas fronterizas hasta 1638, cuando su invasión de España terminó en desastre en Fuenterrabía. Las recompensas incluyeron el gobierno de Borgoña (1631), que siguió siendo un beneficio familiar, y la mayor parte de las propiedades confiscadas a su cuñado Henri de Montmorency (ejecutado en 1632). Bajo la regencia de Ana de Austria apoyó al cardenal Mazarino.