Estimulación magnética transcraneal.

Estimulación magnética transcraneal

Estimulación magnética transcraneal (EMT), técnica basada en la inducción electromagnética que se utiliza para estimular las neuronas de la corteza cerebral (la capa externa del tejido cerebral o materia gris). La estimulación magnética transcraneal (EMT) fue introducida por el físico médico inglés Anthony Barker en 1985 como una herramienta para la neuropsicología y posteriormente se utilizó terapéuticamente, principalmente en el tratamiento de trastornos psiquiátricos.

TMS es una técnica no invasiva. Durante el procedimiento, se coloca en el cuero cabelludo un alambre en espiral aislado, generalmente recubierto de plástico. Se descarga brevemente una corriente eléctrica a través de la bobina, lo que produce un campo magnético capaz de penetrar el tejido craneal. El campo magnético induce una corriente eléctrica débil que activa las neuronas del cerebro. La corriente normalmente alcanza unos 2 a 3 cm (aproximadamente 0,8 a 1,2 pulgadas) por debajo del cuero cabelludo, aunque la profundidad de penetración depende de la velocidad de cambio del campo magnético y de la intensidad de la corriente descargada a través de la bobina.

Aplicaciones de TMS

La colocación de la bobina en el cuero cabelludo puede inducir diversas respuestas motoras y sensoriales. Por ejemplo, cuando se coloca sobre la corteza motora, una región del cerebro que controla el movimiento, el dedo, el brazo, la mano, la cara o la pierna del sujeto pueden contraerse. Si la bobina se coloca en la parte posterior de la cabeza del sujeto, sobre una región involucrada en la visión, el sujeto puede ver puntos de luz o sombras en movimiento, fenómenos conocidos como fosfenos. La capacidad de la EMT para inducir tales respuestas ha ayudado a los científicos a comprender mejor cómo el cuerpo y las experiencias sensoriales se organizan y representan en el cerebro, un área de investigación conocida como mapeo cerebral.

Además del mapeo cerebral, la TMS se ha utilizado para investigaciones sobre funciones y trastornos cognitivos y motores, que van desde la memoria, el habla y el lenguaje hasta trastornos del movimiento, epilepsia, depresión y dolor. TMS también se ha utilizado para evaluar si una región del cerebro es necesaria para una tarea, ya que puede interferir con la función motora o cognitiva. Cuando el TMS interfiere con la capacidad del sujeto para realizar una tarea, la implicación es que el área del cerebro activada con el TMS es indispensable para la tarea. Los hallazgos de TMS se pueden combinar con los de estudios de imágenes cerebrales para sacar conclusiones sobre las regiones del cerebro involucradas en el desempeño de tareas. La EMT a veces se utiliza en combinación con electroencefalografía (EEG), imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) y registro con electrodos de una sola unidad en animales.

Modificar la excitabilidad cerebral

Los pulsos de TMS se pueden aplicar a diferentes intensidades, de forma única o repetida (TMS repetitiva o rTMS) y a baja o alta frecuencia. La elección de los parámetros de estimulación determina si los efectos de la estimulación son excitadores o inhibidores. Por ejemplo, dos pulsos separados por menos de cinco milisegundos (ms) pueden producir inhibición intracortical, haciendo que el área estimulada sea menos sensible a la estimulación. Dos pulsos únicos separados por 10 a 30 ms pueden producir facilitación intracortical, haciendo que el área estimulada sea más sensible a la estimulación. Asimismo, con la rTMS se producen cambios en la excitabilidad cortical, aumentando o disminuyendo la excitabilidad según la frecuencia durante un período de tiempo después de que ha finalizado el tren de pulsos. La estimulación theta-burst, que aplica trenes de estimulación de 50 Hz en ráfagas cada 200 ms, tiene el efecto de deprimir la actividad cortical durante un período de tiempo después de la estimulación.

Especificidad de TMS en el espacio y el tiempo.

El tipo de bobina más común utilizado en TMS tiene forma de ocho, en la que los efectos de la corriente se suman donde los cables se encuentran en el centro de la bobina. Esto le da al TMS un alto grado focal, de modo que se pueden apuntar regiones cerebrales específicas para la estimulación. Aunque los efectos de estimulación son máximos en la región del cerebro directamente debajo de la bobina, la TMS también tiene efectos secundarios en áreas conectadas de la corteza. Los efectos secundarios son útiles tanto en estudios básicos como aplicados. Por ejemplo, si se estimula la corteza motora izquierda, pueden aparecer tres efectos: (1) un cambio en la actividad en la región objetivo del cerebro, (2) un cambio en la actividad en las áreas de la corteza inmediatamente circundantes y (3 ) un cambio en la actividad de las áreas corticales directamente relacionadas con la región estimulada. Los diferentes efectos podrían desencadenar el movimiento de la mano derecha, el movimiento del antebrazo o incluso el movimiento de la mano izquierda. El conocimiento de los diferentes efectos es importante para prevenir interpretaciones ingenuas de los efectos del EMT y permite el estudio de las interacciones entre diferentes áreas del cerebro. La especificidad temporal, en la que los pulsos de TMS se aplican en diferentes lugares con unas pocas milésimas de segundo de diferencia, ofrece información sobre el tiempo que tarda la información en viajar entre diferentes áreas del cerebro.

Vicente Walsh