¿Qué tan secreto es el alto secreto?.

En una era de hackeos, filtraciones, denunciantes y organizaciones de medios que parecen haberse convertido en blanqueadores de información para las agencias de inteligencia rusas, es importante entender qué es realmente un secreto de Estado. Es igualmente importante reconocer que esta definición trasciende la afiliación política. La preocupación por los datos clasificados debe seguir siendo constante, ya sea que esa información se almacene en un servidor privado o se comparta con una potencia extranjera adversaria en los confines de la Oficina Oval. Secreto es un término objetivo y el código estadounidense define útilmente los distintos niveles de clasificación de la siguiente manera:

Confidencial: El nivel de clasificación aplicado a la información cuya divulgación no autorizada razonablemente podría esperarse que cause daño a la seguridad nacional y que la autoridad de clasificación original es capaz de identificar o describir. Este es el nivel más bajo de clasificación.

Secreto: El nivel de clasificación aplicado a la información cuya divulgación no autorizada razonablemente podría esperarse que cause daños graves a la seguridad nacional y que la clasificación original es capaz de identificar o describir.

Alto secreto: el nivel de clasificación aplicado a la información cuya divulgación no autorizada razonablemente podría esperarse que cause un daño excepcionalmente grave a la seguridad nacional que la autoridad de clasificación original puede identificar o describir.

Palabra clave/Información compartimentada sensible (SCI): una capa adicional de clasificación para asuntos relacionados con métodos, fuentes y análisis de recopilación de inteligencia. A las personas con autorización de alto secreto se les concede acceso a SCI cuando lo necesitan.

Entonces, ¿cuántas personas tienen realmente acceso a estos secretos? Según la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EE. UU., en octubre de 2019 (el año más reciente del que hay datos disponibles), 2.859.877 personas eran elegibles para recibir información clasificada como confidencial o secreta. Otras 1.384.060 personas tenían autorización de alto secreto. Si bien la mayoría de los 4.243.937 individuos con algún grado de acceso a secretos de Estado eran empleados del gobierno, más de 1,3 millones eran contratistas privados o estaban clasificados como “otros”. Edward Snowden, quien reveló en 2013 el alcance de los programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional, y Reality Winner, quien filtró un informe clasificado sobre el intento de intromisión rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, fueron dos de esos contratistas privados.